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jueves, 6 de diciembre de 2012
CAPITULO II, CONTINUACION II.
Estaba aterrorizada, aunque intentaba mostrar entereza. Pero su mirada no mentía. Era tan transparente como el cristal. No acostumbraba a dejarse llevar por la empatía hacia los seres humanos, hacerlo sólo le recordaba que ya no lo era. Pero aún así, y pese a sus esfuerzos, no pudo dejar de sentir lástima por la mujer. Sam estaba convencido de que en aquellos momentos, ella debía sentirse confundida, horrorizada y desorientada... Al fin y al cabo era un simple mortal. Era su naturaleza. Eran débiles, perecederos, su humanidad los hacía únicos, y también los limitaba en muchos sentidos. Los vivos podían ser y sentir muchas cosas que él había dejado atrás, aquella fatídica noche en que había nacido a una nueva y oscura existencia, sentimientos y anhelos que el había olvidado , pero también podían ser, algunos de ellos, protagonistas de los actos más viles y crueles dirigidos hacia los de su misma especie u otras especies que pudieran considerar inferiores o bajo su dominio, no siendo conscientes del lugar real que ocupaban en la cadena alimenticia , aquella en la que, los que eran como él, estaban a la cabeza, sin que los humanos, ignorantes de su existencia, tuvieran conocimiento alguno. Caminó dos pasos en su dirección, cauteloso, no quería asustarla más ni darle más motivos de sospecha. Podía moverse más rápido que un mortal, aunque no tan rápido como para que el ojo humano no lo percibiera. Su andar era elegante y se movía como un felino, aunque Sam no era consciente de este hecho. Era natural en él, después del cambio. A todos les ocurría, aunque con distintos matices. Era parte de su naturaleza.
Ella lo miraba fijamente, se había sorprendido al encontrarlo allí, entre las sombras de la habitación. Había preferido alejarse cuando notó que empezaba a volver en sí... Había querido darle un momento para familiarizarse con el lugar, para intentar evitar que entrara en pánico , pues le hubiera resultado mucho más difícil tratar con una mujer histérica incapaz de razonar, que no estuviera dispuesta a escuchar los argumentos que el se había preparado para darle. Tenia que ser convincente, o no le quedaría más remedio que matarla. No, el no la mataría, pero ellos si lo harían. Ellos, los que eran como él . Protegían su existencia como parte de su supervivencia... Querían seguir siendo leyenda a los ojos de los humanos y harían cualquier cosa para conservar su secreto. Una mujer, el cobro de otra vida humana más, que en otro momento les hubiera servido de alimento, no significaba nada para ellos. Los humanos eran como ovejas. Alimento de inmortales. Y aunque él se alimentaba para sobrevivir, nunca asesinaba a sus víctimas. Por eso casi cada noche debía alimentarse. Tomaba un poco de aquí y un poco de allí, pero nunca lo suficiente para apaciguar su sed....Y nunca sabían que era lo que había pasado. La debilidad y la palidez era las únicas consecuencias.. Pero sobrevivían a su beso, como lo llamaban los antiguos. El beso del vampiro. Ése era el motivo por el que se alimentaba más a menudo de lo que hubiera necesitado, de ser de otro modo , si esperaba a que la sed lo dominase, la brutalidad y el ansia de sangre tomarían el control, drenando al humano hasta la última gota de vida que le quedara en el cuerpo, cargando sobre su conciencia, o lo que quedaba de ella, el peso de más muertes . Pero ésa no era una práctica demasiado extendida entre los suyos. Sabía que habían habido otros como él , pero eran franca minoría... En su maldita naturaleza habitaba un depredador, hambriento de vida, con instintos asesinos tan despiadados y desarrollados como los de un lobo frente a un conejo.
En lo que pareció una eternidad, y mientras éstos pensamientos corrían rápidos a través de su mente, la mujer se levantó despacio y con un hilo de voz se atrevió a preguntarle:
-Donde estoy?
Intentando recordar como debía ser cortés, le contestó. - En mi casa - esperó un segundo y continuó- No sabía donde llevarte y quería asegurarme de que estabas bien. - mintió. Sí sabía donde vivía. Lo había visto en su documentación, dentro del bolso que había recogido del suelo, después del asalto. Incluso sabía como se llamaba , pero no quería darse la licencia de utilizar su nombre. No quería tener ésas familiaridades.- Has estado inconsciente durante un par de horas. ¿Como te encuentras?- preguntó. Era la pregunta más lógica después de todo. Ella asintió con la cabeza, aceptando su respuesta, y se tomó un segundo para responder.
-Bien, creo... - Se acarició el cuello con las dos manos- Sólo estoy magullada y un poco confundida, eso creo. - Al menos, tenía una entereza que muchos quisieran poseer- Quien eres? Quien era... ? Que quería? Oh, Dios.... No puedo creer.... Pero me pareció... No puede ser... Tengo que estar loca... Estoy completamente desquiciada...- empezó a balbucear y a hablar más deprisa. Por momentos, la entereza mostrada hasta entonces la abandonaba. -Pero... pero..... Quien era ese individuo?- intentó recobrarse- Quiero decir... Quiso morderme... Pero, no puedo entenderlo... - Sam , anticipándose a lo que vendría a continuación, la cortó - No te preocupes. Era un perturbado. Cálmate, estas a salvo ahora. - No del todo cierto, puesto que él , todavía no se había alimentado esa noche y la sed rugía por salir- Te lo explicaré todo, al menos lo que sé...- Sam intentó argumentar convincentemente para zanjar el asunto cuanto antes. Era lo mejor para los dos. Ella continuaría con su vida, y el saldría de caza, con urgencia.... El latido de su corazón era una llamada difícil de resistir. La llamada de la sangre. La calidez de su piel lo atraía como una polilla a la luz. Alejó sus ansias con voluntad y volvió a centrarse en lo que tenía entre las manos.
Continuará....
Bienvenida al club. Tu historia es muy interesante. Cariños Lou
ResponderEliminarGracias Lourdes, puedo llamarte Lou? Por tu opinion y por el recibimiento. Es un gustazo sentirse tan acogida y tan bien recibida. He recibido varios mensajes de bienvenida hoy y estoy encantada y superagradecida. Cariñitos tambien para ti. Espero que nos leamos pronto.
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