lunes, 5 de noviembre de 2012
INTRODUCCIÓN.
año 1844, Nueva York.
Como boca de lobo, la tenue luz que brotaba del pequeño farol , no llegaba a iluminar el callejón que se extendía frente a el, tan oscuro como los pensamientos que en aquel momento poblaban su mente. Tenia las ideas confusas y trataba de encontrar una solución viable a sus problemas. Siguió caminando,cabizbajo y pensativo, intentando no tropezar con algún obstáculo que surgiera de la oscuridad sin ser visto. Sin saber muy bien como, su intuición le advirtió con un lúgubre escalofrío que le recorrió la espina dorsal... No estaba solo, estaba seguro de eso. Aunque no lograba ver a nadie en la profunda oscuridad que se cernía sobre el, lo supo. Sintió la amenaza sobrevolandole como alas de cuervo, aunque de nada le valió.Nada pudo hacer. Nada contra lo que lo arrollo como si fuera un tren de mercancías... Frío y oscuro, suave y duro a la vez.... el temor le invadió cuando sintió como algo lo sujetaba contra el sucio y húmedo suelo de la calle, y con fiereza y determinación, le sujetaba el rostro a un lado dejando su cuello al descubierto.... No pudo pensar, no pudo reaccionar, inmóvil como estaba, tan solo sintió como le desgarraban la garganta y un liquido caliente y espeso brotaba y manchaba sus ropas, mientras aquel que lo tenia contra el suelo, lamia y succionaba su sangre caliente entre gruñidos de satisfacción, mientras la vida se le escapaba con el preciado liquido...De pronto se sintió elevado en volandas por el aire y con un golpe seco lo empotraron contra una de las paredes infectas del callejón, justo bajo el pequeño farol... Al limite de sus fuerzas y sin saber todavía que era lo que estaba ocurriendo, logro no sin esfuerzo , abrir los ojos apenas nada, y lo que vio lo sobresalto de tal manera, que hubiera preferido morir sin ser consciente de la realidad que acababa de encontrar.... Ni siquiera se dio cuenta de que los pies no le tocaban el suelo y lo mantenían en vilo sujetandolo por la pechera arrugada y maloliente de su camisa. Solo pudo centrarse en el rostro sanguinolento de la mujer, o al menos eso parecía, que acababa de arrancarle la vida de las venas... vida que todavia goteaba de sus labios entreabiertos.Un rostro joven y bello, pálido incluso visible a la tenue luz , con la mirada encendida por la lujuria de la sangre fresca y provisto una boca mas parecida a la de un animal que a la un ser humano... Los labios sensuales parecían regalarle una sonrisa burlona que parecía menospreciarle incluso después de haberle servido de alimento, y los dientes, largos como cuchillas, brillaban blancos y rojos como queriéndole hacer entender. Al borde de la dulce inconsciencia, parecía un muñeco de trapo en lugar del hombre que era. La mujer lo miro atentamente, inclinando la cabeza a un lado y a otro, recordándole a una muñeca rota, queriendo adivinar algo y luego soltó una tintineante y infantil risita. Algo pareció despertar su curiosidad por un momento y de pronto, mirándolo con aquellos ojos salvajes y crueles, pareció convencida al fin de su escrutinio...
-Quieres vivir... o quieres morir?- su voz era un susurro jadeante; por su acento parecía de otro lugar. Tenia un deje raro al hablar...Hizo un pequeño ruidito de succión , como si sorbiera, y continuo su perorata- Decidete pronto , o sera demasiado tarde para ti...
El pelo oscuro y largo, le caía lacio a los lados de la cara. Todo el tiempo que transcurrio lo mantuvo en vilo y no parecía suponer ningún esfuerzo para ella, aunque era delgada y menuda.Parecía ser poseedora de una fuerza sobrehumana, mucho mas teniendo en cuenta su tamaño y su aspecto delicado. Engañosa y hostil, su mueca se volvió impaciente, en espera de una respuesta que parecía no llegar. Finalmente Samuel encontró su voz perdida en el mar de sangre y restos de los músculos desgarrados de su cuello y contesto "vivir.. quiero vivir" sin saber la decisión que implicaba la respuesta que en su desesperacion acababa de darle... Ella lo soltó, dejándolo caer al suelo en una madeja de brazos y piernas, como un bulto inservible. Sintió que le daban la vuelta de modo que quedo postrado boca arriba sobre la suciedad del pavimento, con la mente llena de ideas inconexas y sin sentido que trataban inutilmente de ordenarse y dar sentido a todo aquello..Samuel espero sin poder moverse con los ojos cerrados una absolución y un auxilio que nunca llegó. Unas gotas de liquido caliente y dulzón, con sabor a óxido penetraron en su boca mientras una risita escalofriante y burlona extendía su eco en la noche.
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